Mantener el frigorífico limpio y desinfectado es una tarea necesaria para la salud y el buen funcionamiento del electrodoméstico. Porque un frigorífico bien cuidado no solo preserva mejor los alimentos, también provoca que este tenga una vida útil más larga y consume menos energía. Por ello, desde mh CIFRIMÁS, ofrecemos una guía detallada, paso por paso, de cómo limpiar un frigorífico.
Pasos para limpiar un frigorífico
1. Preparación
Es importante escoger el mejor momento para limpiar un frigorífico. Idealmente, esto debería hacerse cuando el frigorífico esté más vacío. Debido a ello, antes del verano o después de las vacaciones son momentos óptimos para una limpieza profunda.
Apagar el frigorífico ayuda a ahorrar energía y facilita la limpieza del mismo. Para proceder, se debe vaciar completamente el contenido, desechando alimentos caducados o en mal estado. Y los alimentos que se deseen mantener, se pueden guardar en bolsas térmicas o neveras portátiles, ya que estas ayudan a mantenerlos frescos durante la limpieza.
2. Limpieza del interior
Para una limpieza efectiva del interior del frigorífico es necesario retirar todas las bandejas, cajones y accesorios desmontables, dejando que suban la temperatura si están muy fríos para evitar que se rompan. Por este mismo motivo, se recomienda que las bandejas y cajones se laven con agua tibia. Y para eliminar manchas difíciles se puede utilizar una mezcla de agua y vinagre o una pasta de bicarbonato.
Tras la limpieza de cada uno de los componentes del frigorífico, el siguiente paso es enjuagar y secar bien todas las piezas antes de volver a colocarlas. Después, se deben limpiar las superficies interiores con un paño húmedo y, para una desinfección efectiva, se recomienda utilizar vinagre o bicarbonato, evitando los productos químicos agresivos que puedan dejar residuos tóxicos.
Otro elemento habitualmente olvidado son las gomas de las puertas; y estos acumulan mucha suciedad y hongos, por lo que se deben limpiar estas áreas llegando a todos los rincones, asegurándose de secarlas bien después.
3. Limpieza del exterior
La parte exterior del frigorífico se recomienda que se limpie con un paño húmedo y un desengrasante suave. Además, es fundamental mover el frigorífico para limpiar las rejillas y la parte trasera, donde suele acumularse mucha suciedad. Para ello, lo más aconsejable es utilizar una aspiradora para eliminar el polvo acumulado en las rejillas de ventilación. Con una limpieza exhaustiva de la parte trasera se mejora considerablemente la eficiencia energética del aparato.
4. Prevención y mantenimiento
Después de la limpieza tanto interior como exterior, se pueden llevar a cabo ciertos hábitos que ayuden a la prevención y el mantenimiento del frigorífico con tal de alargar al máximo su vida útil.
Por ejemplo, para evitar malos olores, se puede colocar un recipiente con bicarbonato o un limón abierto dentro del frigorífico para absorber olores. En este sentido, es recomendable evitar los ambientadores químicos que puedan afectar a los alimentos. Y ordenar los alimentos según su fecha de caducidad y utilizar recipientes herméticos para evitar derrames y la formación de olores también es también una técnica habitual. Además de estos consejos, es favorable para el frigorífico realizar una limpieza a fondo al menos dos veces al año y una limpieza más ligera una vez al mes sería también necesaria.
Por último, antes de salir de vacaciones, es importante revisar el frigorífico y deshacerse de cualquier alimento que pueda estropearse durante la ausencia. Dejar las puertas del frigorífico abiertas, en el caso de estar sin uso por un tiempo prolongado, ayuda a evitar malos olores y moho.
Siguiendo estos pasos, el frigorífico se mantendrá limpio y en óptimas condiciones, garantizando la seguridad de los alimentos y la eficiencia del electrodoméstico. Aplicar estas prácticas de manera regular contribuirá a prolongar la vida útil del frigorífico y a optimizar su funcionamiento, asegurando un ambiente higiénico y saludable en el hogar.